1. PRINCIPIOS DE APRENDIZAJE
Los principios psicológicos básicos más importantes que configuran el aprendizaje son:
Ley de la Intensidad. Con una experiencia fuerte y dramática se aprende mejor que con una experiencia débil.
Ley del efecto. Toda persona tiende a repetir las conductas satisfactorias y a evitar las desagradables.
Ley de la prioridad. Las primeras impresiones tienden a ser más duraderas.
Ley de la transferencia. Un determinado aprendizaje es extrapolable o ampliable a nuevos aprendizajes análogos o parecidos.
Ley de la novedad. Todo acontecimiento o conocimiento novedoso e insólito se aprende mejor que lo que sea rutinario o aburrido.
Ley de la resistencia al cambio. Loas aprendizajes que implican cambias en la organización de la propia personalidad son percibidos como amenazantes y son difíciles de consolidar.
Ley de la pluralidad. El aprendizaje es más consistente, amplio y duradero cuantos más sentidos (vista, oído, tacto…) estén involucrados en el proceso de aprender.
Ley del ejercicio. Cuanto más se practica y repite lo aprendido, tanto más se arraiga el contenido del aprendizaje.
Ley del desuso. Un aprendizaje no evocado o utilizado en mucho tiempo puede llegar a la extinción.
La Motivación. Sería ideal que el propio sujeto marcara sus objetivos de aprendizaje, que respondieran a sus necesidades. Einstein observó que los avances reales en el conocimiento se dan en personas que hacen lo que les gusta hacer.
La Autoestima. Existe una mayor asimilación cuando se tiene un elevado concepto de las propias capacidades
La participación intensa y activa de todos y cada uno. La participación activa en el proceso de aprendizaje redunda en una asimilación más rápida y duradera.
2. LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE
2.1 El estilo
El concepto de estilo en el lenguaje pedagógico suele utilizarse para señalar una serie de distintos comportamientos reunidos bajo una sola etiqueta. Los estilos son algo así como conclusiones a las que llegamos acera de la forma cómo actúan las personas. Nos resultan útiles para clasificar y analizar los comportamientos
3. QUE SON LOS PRINCIPIOS DE APRENDIZAJE
El análisis de los Estilos de Aprendizaje ofrece indicadores que ayudan a guiar las interacciones de la persona con las realidades existenciales. Facilitan un camino, aunque limitado, de auto y heteroconocimiento. La mayoría de los autores coinciden en que los Estilos de aprendizaje son como la mente procesa la información o como es influida por las percepciones de cada individuo.
Veamos en concreto algunas de las definiciones más significativas, analizando sus peculiaridades.
Para R. Dunn, K. Dunn y G. Price (1979), estilo de aprendizaje es:
“la manera por la que 18 elementos diferentes (más delante los aumentaron a 21), que proceden de 4 estímulos básicos, afectan a la habilidad de una persona para absorber y retener”
Se trata de una definición descriptiva adaptada a la misma taxonomía de estilos que estos autores propugnan. Otra crítica habitual contra esta definición consiste en señalar la ausencia del elemento inteligencia
Hunt (1979) describe estilos de aprendizaje como:
“las condiciones educativas bajo las que un discente está en la mejor situación para aprender, o qué estructura necesita el discente para aprender mejor”
Leichter (1973) profesor de educación de Teachers Collage, Columbia University,NY, ha estudiado lo que él llama Estilo Educativo. Muchos de los puntos de su análisis coinciden con lo que nosotros hemos denominado Estilo de Aprendizaje, por ejemplo, cómo los individuos de diferencian en el modo de iniciar, investigar, absorber, sintetizar y evaluar las diferentes influencias educativas en su ambiente, y de integrar sus experiencias, y la rapidez del aprendizaje, etc.
¿Dónde está, pues, la diferencia entre Estilos educativos y Estilo de aprendizaje?. El concepto de educación es más amplio, dirige su atención no solamente al aprendizaje, si no también a la manera en que un individuo se compromete, se orienta o combina varias experiencias educativas.
Los estilos educativos, según Leichter, se aprenden en la interacción con los demás, y además se confirman, modifican o adaptan. Los elementos del estilo educativo son dinámicos, y están siempre en relación, necesitan un espacio amplio de tiempo para que puedan ser estudiados a fondo. Tienen un carácter social.
Desde nuestro punto de vista, una de las definiciones más claras y ajustadas es la que propone Keefe (1988) y que hacemos nuestra:
Los estilos de aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje.
Cuando hablamos de estilos de aprendizaje estamos teniendo en cuenta los rasgos cognitivos, incluimos los estudios de psicología cognitiva que explica la diferencia en los sujetos respecto a la forma de conocer. Este aspecto cognitivo es el que caracteriza y se expresa en los estilos Cognitivos.
Cuatro aspectos fundamentales nos ayudan a definir los factores cognitivos:
Dependencia-independencia de campo.
Conceptualización y categorización
Relatividad frente a impulsividad
Las modalidades sensoriales
El factor dependencia- independencia de campo ha sido estudiado por muchos autores- entre los que sobresale Witkin- que, generalmente, a partir del test de figuras ocultas diagnostican los niveles de dependencia o independencia. En las situaciones de aprendizaje, los dependientes de campo prefieren mayor estructura externa, dirección e información de retorno (feedback), están más a gusto con la resolución de problemas en equipo. Por el contrario, los independientes de campo necesitan menos estructura externa e información de retorno, prefieren la resolución personal de los problemas y no se sienten tan a gusto con el aprendizaje en grupo.
Kagan (1963) ha investigado durante años el factor conceptualización y categorización. Los sujetos demuestran consistencia en cómo forman y utilizan los conceptos, interpretan la información, resuelven problemas. Hay quien prefiere un enfoque relacional-contextual y otros un enfoque analítico-descriptivo. Generalmente el relacional se asocia con los niños y el analítico con los adultos.
La dimensión reflexividad-impulsividad parece cercana a la noción de “precaución” y “aceptación de riesgo”, objetiva las diferencias en rapidez y adecuación de respuesta ante soluciones alternativas que exigen un pronunciamiento.
Las modalidades sensoriales preferidas por cada sujeto es, sin duda, otro elemento que debe analizarse. Los individuos se apoyan en distintos sentidos para captar y organizar la información, de forma que algunos autores la esquematizan así:
Visual o icónico lleva al pensamiento espacial.
Auditivo o simbólico lleva al pensamiento verbal.
Cinético o inactivo lleva al pensamiento motórico.
También incluimos los rasgos afectivos. Como educadores y como orientadores hemos podido comprobar la variación en los resultados del aprendizaje de alumnos que quieren aprender, que desean, que lo necesitan y los que pasan sin interés por los temas…Que la motivación y las experiencias influyen en el aprendizaje es algo generalmente reconocido. La “decisión” de aprender, la “necesidad” de aprender para lograr un puesto son elementos que pueden favorecer el aprendizaje, siempre que no lleven el nivel de tensión hasta el bloqueo.
No se pueden olvidar los rasgos fisiológicos, que también influyen en el aprendizaje. Todos los rasgos que hemos descrito sirven como indicadores para identificar los distintos Estilos de Aprendizaje de los alumnos y de los profesores. Indican sus preferencias y sus diferencias y deben tenerse en cuenta en el diseño de los procesos de Enseñanza-Aprendizaje.
4. LAS FASES DEL PROCESO DE APRENDIZAJE Y LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE
Muchos autores han analizado el proceso de aprendizaje en distintas etapas. Vamos a recordarlos en un esquema inspirado en Juch (1987) en el que, con un orden cronológico, dividimos en cuatro etapas el proceso cíclico de aprendizaje.
Tabla 1. E tapas en el proceso cíclico de aprendizaje
1966
H. Turner
retroalimentación, evaluación
integrar, mapa
posibilidades, decisión
inversión
autónoma
1969
Charlesworth
atención
desarrollo
expectativas
sorpresa
cognoscitivo
1970
Inst. Pedagógico
formación de imagen
ordenación
formas, conceptos
hacer
de Holanda
1971
Kolb
observación reflexiva
conceptos
experimentos activos
experiencias
abstractos
concretas
1973
Euwe
acepta como verdadero
ordenar
realizar planes
ejecutar
1975
Ramsden
prestar atención
pretender
compromiso
implementar
1976
H. Augstein
revisar
propósito
estrategia
resultados
1976
Rowan
comunicación
pensar
proyectar
encuentro
1977
Argyris
generalizar
descubrir
inventar
producir
1977
Torbert
efectos
propósitos
estrategias
acciones
1977
Raming
biológico
psíquico
sociológico
psíquico
1978
Mangham
observar
interpretar
ensayar
actuar
1978
Pedler
evaluación
diagnóstico
establecer objetivos
acción
1978
Boydell
información
teoría
consejo
actividades
1978
Hague
conciencia
conceptos
herramientas
práctica
1980
Morris
revisar el proceso
interpretar
planear proyectos
logros activos
1980
Juch
precibir (observar)
pensar
dirigirse a (planear)
hacer
1982
Honey y Mumford
activo
reflexivo
teórico
pragmático
5. INDIVIDUALIZAR LA EDUCACIÓN Y ESTILOS DE APRENDIZAJE
Los educadores han tratado siempre de definir la educación como una respuesta a las necesidades del individuo.
Este reconocimiento por las características individuales diferenciales de los alumnos choca con los enfoques unidireccionales de algunos libros y cursos sobre técnicas de estudio, que tal vez con buena voluntad pero con un grave fallo conceptual, proponen maneras únicas y mejores de estudiar iguales para todos los alumnos. Una aplicación reflexiva de las teorías sobre lo Estilos de Aprendizaje obliga a readaptar y diversificar muchos de los enfoques de las técnicas de estudio.
6. ESTILOS DE APRENDIZAJE Y APRENDER A APRENDER
El estudio sobre los Estilos de Aprendizaje se enmarca dentro de los enfoques pedagógicos contemporáneos que insisten en la creatividad, aprender a aprender. Carl Rogers (1975) afirmaba en Libertad y Creatividad en la Educación:
“El único hombre educado es el hombre que ha aprendido cómo aprender, cómo adaptarse y cambiar”.
Desde los niños a los adultos, el aprendizaje a lo largo de la vida se ha convertido en una necesidad. La UNESCO en Aprender a ser (1972), indicaba que aprender no debía convertirse en un slogan más.
¿Qué significa aprender a aprender?
De forma sencilla podemos definir aprender a aprender como
El conocimiento y destreza necesarios para aprender con efectividad en cualquier situación en que uno se encuentre.
Nuestro planteamiento sobre las teorías de los Estilos de Aprendizaje trata de dar una respuesta a la necesidad de “aprender a aprender”. Presentamos cómo hacer un diagnóstico en los estilos de aprendizaje y también cómo hacer un adecuado tratamiento de mejora de los Estilos de cada uno.
Facilitamos con Smith (1988) una sencilla lista de aspectos que nos especifican lo que significa en la práctica aprender a aprender. Podemos decir que un hombre ha aprendido a aprender si saber:
· Cómo controlar el propio aprendizaje
· Cómo desarrollar un plan personal de aprendizaje
· Cómo diagnosticar sus puntos fuertes y débiles como discente.
· Cómo describir su Estilo de Aprendizaje.
· En qué condiciones aprende mejor
· Cómo aprender de la experiencia de cada día.
· Cómo aprender de la radio, TV., prensa, ordenadores.
· Cómo participar en grupos de discusión y de resolución de problemas
· Cómo aprovechar al máximo una conferencia o un curso.
· Cómo aprender de un tutor.
· Cómo usar la intuición para el aprendizaje.
Según algunos autores, hay tres subconceptos o componentes en la idea de aprender a aprender:
Necesidades del discente (lo que el discente necesita conocer y ser capaz de hacer para tener éxito en el aprendizaje).
Estilos de Aprendizaje (preferencias y tendencias altamente individualizadas de una persona que influye en su aprendizaje).
Formación (actividad organizada para aumentar la competencia de la gente en el aprendizaje).
Aunque trabajemos en profundidad sobre uno solo de estos conceptos, no debemos olvidar el conjunto y la corriente pedagógica fundamental en la que nos integramos. Cuando hablamos de necesidades del discente no nos referimos a las necesidades humanas básicas, como alimento o bebida, sino a la competencia o lo que las personas necesitan saber acerca del aprendizaje en sí para conseguir el éxito en lo que aprenden.
¿Qué competencias son esas?
Comprensión general que facilite una base de actitud positiva y motivación como necesita el aprendizaje.
Destrezas básicas: leer, escribir, matemáticas y, en nuestro tiempo, además, saber escuchar y alfabetización informática.
Autoconocimiento: Puntos fuertes y puntos débiles de uno mismo, preferencias personales por los métodos, estructuras y ambientes de aprendizaje.
Procesos educativos para tres modos de aprendizaje: autodirigido, en grupo o institucional.
Figura 1. Competencias necesarias para el aprendizaje.
Otra de las dimensiones a la que nos referíamos era la Formación, es decir, esfuerzos deliberados por ayudar a la personas a ser mejores discentes y a lograr el éxito en la arena educativa.
Llegamos ahora al término central de nuestro trabajo: Estilo de Aprendizaje, que aparece interrelacionado con los otros dos componentes citados anteriormente, necesidades del discente y formación.
Gráficamente podemos representarlo, con Smith (1988) en tres esquemas: El primero consiste en la reciprocidad de la interrelación.
Figura 2. Reciprocidad de la interrelación.
En el segundo caso se presenta la interpretación como elemento clave de la naturaleza de la relación.
Figura 3. Interpretación de la interrelación
En el tercer diagrama se destaca una fórmula para la acción que conduzca a la mejora de la competencia en el aprendizaje.
Figura 4. Acción para la mejora del Aprendizaje.
6. IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS EN LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE
Nuestra preocupación por el tema se centra, evidentemente, en las implicaciones pedagógicas de los Estilos de Aprendizaje.
Hemos demostrado que parece posible y factible la auto y heteroevaluación y el auto y heterodiagnóstico de los Estudios de Aprendizaje. Siempre que se utilice alguno de los instrumentos probados como fiables y válidos, con los apoyos mixtos de manual de aplicación y análisis, un orientador y el diálogo abierto con el sujeto.
Hay que afirmar que ninguno de los instrumentos analizados, es capaz, por sí solo, de ofrecer un diagnóstico completo de todos los factores que intervienen en los Estilos de Aprendizaje. La estrategia más acertada radica en la utilización plural de los instrumentos y en la elección de la herramienta que reúna en un mayor número de características apropiadas a la población que se trata de diagnosticar.
6.1 El debate Estilos de Aprender, Estilos de enseñar
Hemos titulado este apartado “debate” pues aquí se centra uno de los aspectos más importantes y más investigados sobre los Estilos de Aprendizaje.
Si diseñamos una enseñanza centrada en el alumno, siguiendo la terminología de Rogers, las teorías de los Estilos de Aprendizaje deben repercutir seriamente en los Estilos de Enseñar. Se trata de que el docente tenga muy en cuenta cómo son los Estilos de Aprendizaje de los alumnos desde el primer borrador del diseño educativo hasta el último momento de la impartición de la clase y la evaluación.
Aristóteles en su Retórica ya recomendaba a los oradores el “estudio de la audiencia”. De hecho la mayoría de los profesores, explícita o implícitamente, utilizando técnicas de observación, tratan de “conocer” al alumno.
La propuesta de los Estilos de Aprendizaje ofrece a los docentes y a los alumnos datos significativos sobre el aprendizaje individual y el aprendizaje de los otros miembros del grupo discente, con los que debe compartir su caminar diario en el aula.
Hay alumnos que afirman saber a los diez minutos de la primera clase del primer día si le va a gustar la asignatura o no. Otros estudiantes tienen éxito con un profesor y fracasan con otros. Algunos profesores se sienten atraídos por algunos estudiantes y desconcertados respecto a otros.
La “personalidad” e interrelación de los individuos, docente-discentes, crean una atmósfera, un ambiente, un tono social. El “Estilo de la clase”, el “Estilo de Enseñar” influye notablemente en el discurrir del año académico.
B. Fisher y L. Fisher (1979) definen estilo de enseñar como “un modo habitual de acercarse a los discentes con varios métodos de enseñanza”. Si pretendemos analizar la mejor fórmula de ajustar los Estilos de Aprender del profesor nos encontramos con el concepto de ajuste no está definitivamente acuñado. Hemos encontrado diferentes enfoques en las investigaciones sobre el tema.
Si nos fijamos por ejemplo en las características de “personalidad” nos encontramos que, en algunos casos, la discrepancia entre la personalidad del docente y del discente es un buen vehículo para la mejora del alumno. El ajuste o desajuste, en estos casos, puede ser algo así como situar alumnos con características particulares en clase con docentes, que van a modificar, probablemente, estas características.
Hyman y Rossoff (1984) proponen un esquema sobre los “ajustes” entre estilos de Enseñanza y Estilos de Aprendizaje.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario